Zelensky: Es otra guerra por la libertad, y otra vez es necesario que el cine no permanezca mudo

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Discurso del presidente de Ucrania ante la comunidad cinematográfica en la inauguración de la 75ª edición del Festival Internacional de Cine de Cannes. 

Es un gran honor para mí dirigirme a ustedes.  

¡Damas y caballeros!  

¡Amigos!  

Les contaré una historia. De hecho, con las palabras "Les contaré una historia" comienza más de una historia. Pero en este caso, el final será mucho más importante que el comienzo. Y no será un final abierto. Finalmente, puede poner fin a una batalla que ha durado más de cien años.  

Esta batalla comenzó con la llegada del tren. Del que salieron el protagonista y el antagonista. Y así nació el enfrentamiento en la pantalla, que se convirtió en la vida real. Primero apareció el cine en nuestras vidas, luego se convirtió en nuestra vida. Y luego, en particular, del cine dependía cuál sería el futuro.  

Mi historia de hoy es sobre esta batalla. Sobre la propia batalla. Y sobre el futuro. 

Los peores dictadores del siglo XX amaban el cine. Eso conocemos. Pero lo más importante que queda después de ellos es el espeluznante material documental del noticiero. Así como películas que desafiaron a estos dictadores.  

El primer festival debía comenzar el 1 de septiembre de 1939 en Cannes. Pero estalló la Segunda Guerra Mundial. Durante seis años, el cine estuvo en los frentes de esta guerra, junto con toda la humanidad. Durante seis años, el cine luchó por la libertad y también, lamentablemente, por la dictadura.  

Ahora, volviendo a esa película, podemos ver cómo la libertad avanza hacia la victoria. Y al final, no permitió que los dictadores conquistaran el corazón de la gente.  

Hubo muchos puntos importantes en el camino. Sin embargo, el más destacado hubo en 1940. Cuando, en contraste con el antagonista, el mundo vio, a primera vista, a un tipo discreto que no parecía un héroe. Pero resultó ser así.  

"El gran dictador" de Charlie Chaplin no destruyó entonces al verdadero dictador. Pero gracias a él, el cine dejó de ser mudo. Digo mudo en todos sentidos de la palabra. El cine pasó a ser sonoro, y fue el sonido de la futura victoria de la libertad. 

Incluso entonces, en 1940. Cuando sonaron las palabras de las pantallas:  

"El odio de los hombres pasará, y los dictadores morirán, y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás…"

Desde entonces, a partir de aquellas palabras del protagonista de Chaplin, la humanidad ha hecho muchas películas hermosas. Parecía que todos ya entendieron que es posible conquistar a las personas con lo bello, haciéndolos reunirse frente a las pantallas, y no con lo feo que los hiciera reunirse en los refugios antibombas.  

Parecía que todos ya pensaban que el horror en forma de una guerra a gran escala que podría extenderse a todo el continente ya no se repetiría.  

Pero ahora, como entonces, aparece un dictador. De nuevo, como entonces, hay una guerra por la libertad. Nuevamente, como entonces, es necesario que el cine no se quede mudo.  

El 24 de febrero de 2022, Rusia lanzó una guerra a gran escala contra Ucrania, con la intención de pasar más allá a Europa. ¿Y qué tipo de guerra es este? Quiero responder a esta pregunta lo más claramente posible. Armándome con las palabras que fueron dichas por el cine en los años posteriores a la anterior guerra continental.  

Ya han escuchado la mayoría de estas palabras. Suenan aterradores. En la pantalla. Pero, lamentablemente, esto se ha convertido en una realidad. 

¿Lo recuerdan? ¿Recuerdan cómo sonaba en las películas?  

"Napalm, hijo. Nada del mundo huele así. Me encanta el olor del napalm por la mañana…"

Sí, así lo comenzó en Ucrania por la mañana.  

A las cuatro en punto, cuando escuchamos las primeras explosiones de misiles. Cuando comenzaron los ataques aéreos. Y cuando la muerte, que atravesaba la frontera de Ucrania, marcó su equipo con un análogo de la esvástica, el símbolo Z.  

"Todos ellos quieren ser mejores nazis que Hitler..."  

Ahora, no pasa una semana sin que se encuentren fosas comunes de personas asesinadas y torturadas en el territorio donde estuvieron o aún están las tropas rusas. 229 niños han sido asesinados por la invasión rusa.  

"No pueden hacer nada más que matar, matar y matar. Sembraron Europa de cadáveres..." 

Han visto lo que hizo el ejército ruso en el pequeño pueblo de Bucha. Han visto Mariupol. Han visto Azovstal. Han visto el teatro municipal volado por una bomba rusa. Por cierto, era similar a ese en el que están ahora. La gente común, civiles se escondieron allí del bombardeo. Dos grandes y muy bien hechas inscripciones "Niños". Estaba escrito en el asfalto cerca del teatro. Nunca lo olvidaremos, porque ni siquiera es el infierno.  

"La guerra no es el infierno. La guerra es la guerra, y el infierno es el infierno. De los dos, la guerra es mucho peor..."

Más de 2.000 misiles rusos ya han alcanzado Ucrania. Docenas de ciudades fueron completamente destruidas. Los pueblos están quemados.  

Más de 500.000 ucranianos han sido deportados a Rusia por la fuerza. Decenas de miles se encuentran en campos de Rusia creados a un estilo inspirado por los campos nazis.  

Nadie sabe cuántos prisioneros sobrevivirán allí. Pero todos saben quién tiene la culpa.  

"¿Crees que el jabón te lavará?"  

Improbable.  

Ya tenemos en Europa la peor guerra desde la Segunda Guerra Mundial. En primer lugar, por culpa de una persona que está en Moscú. Otras personas mueren todos los días. No se levantarán después de la frase "¡Acabamos, listo!". 

Bueno, ¿qué escuchamos al respecto ahora? ¿La película será muda o sonora?  

Si hay un dictador, si hay una guerra por la libertad y si nuevamente, como entonces, todo depende de nuestra unidad, ¿quedará el cine fuera de esta unidad?  

Nuestras ciudades no son destruidas por gráficos virtuales. Muchos ucranianos se han convertido en Guido y tratan de explicarles a los niños por qué tienen que esconderse en el sótano.  

Muchos ucranianos se han vuelto como Aldo Raine. La tierra de nuestro país ya está marcada por miles de trincheras.  

Por supuesto, seguiremos luchando. No tenemos otra alternativa que luchar por la libertad. Y estoy seguro de que el dictador perderá.  

Las palabras deberían sonar como en 1940. Sonar de todas las pantallas del mundo libre. Necesitamos un nuevo Chaplin, que ahora demuestre que el cine ya ha dejado de ser mudo.  

Recuerden cómo sonaba entonces:  

"La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. 

Desarrollamos velocidad, pero quedamos atrapados en nosotros mismos. La tecnología que nos da prosperidad nos ha dejado en la pobreza.  

El conocimiento nos ha convertido en cínicos. Nuestra racionalidad es dura y mala.  

Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que tecnología, necesitamos humanidad. Más que racionalidad, necesitamos bondad y ternura...  

A los que me escuchan les digo: “No caigan en desesperación… El odio de los hombres pasará y los dictadores morirán”.  

Finalmente debemos ganar esta batalla. Necesitamos una película que garantizará que el final sea así. Que cada voz esté del lado de la libertad. Y, como siempre se ha visto, ante todo la voz del cine.  

¡Les agradezco a todos!  

¡Gloria a Ucrania!"

AV