La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka es un intento de destruir el sur de Ucrania por un "tsunami de agua dulce"
Crimen ruso provocado por el miedo ante la próxima contraofensiva de las FFAA de Ucrania. Pero como escribió una vez el poeta, “Soy un pueblo, cuyo poder de la verdad aún no ha sido conquistado por nadie...”
A las 3 de la mañana del 6 de junio de 2023, los ocupantes rusos volaron la presa de la central hidroeléctrica Kajovka. Enormes volúmenes de agua salidas del mar de Kajovka han dejado un vasto territorio del sur de Ucrania en peligro de inundación. La devastación de las tierras agrícolas puede no ser la única consecuencia a largo plazo de este enorme crimen ruso. La central nuclear de Zaporiyia también está en peligro, ya que sus reactores se están enfriando con agua del Dniéper.
Respuesta de Ucrania: evacuación de la población, convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU, liberación de su tierra
Aterrorizados por la ofensiva ucraniana, los rusos recurren a delitos que el derecho internacional interpreta claramente como terrorismo de Estado. Las personas en el sur de Ucrania controladas por el gobierno ucraniano están siendo evacuadas. Salen de Jersón en trenes de evacuación de emergencia. Según Oleksandr Prokudin, jefe de la Administración Militar Regional de Jersón, dijo que casi 16.000 personas en la región se encontraban en la zona crítica en la margen derecha del Dniéper debido a la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka.
En cuanto a la margen izquierda, que es ocupada temporalmente por los fascistas rusos, falta información confiable. Sin embargo, es posible que decenas de miles de personas estén en peligro. Durante la reunión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, convocada urgentemente por el presidente Zelensky, se informó a los miembros del Consejo que al menos 150 toneladas de aceite para máquinas se vertieron en el río Dniéper y que existe la posibilidad de que otras 300 toneladas entren en el río. Mientras tanto, ochenta asentamientos están en peligro de inundación.
Los participantes de la reunión acordaron el conjunto de medidas internacionales a tomar, incluida la convocatoria de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el llamamiento a las organizaciones ambientales internacionales, la Corte Penal Internacional, ya que tales acciones de los rusos tienen signos evidentes de violación del convenio de Ginebra.
Dmytro Kuleba, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, señaló en su cuenta de Twitter: “Rusia destruyó la presa de Kajovka, infligiendo probablemente el mayor desastre tecnológico de Europa en décadas y poniendo en riesgo a miles de civiles. Este es un crimen de guerra atroz. La única forma de detener a Rusia, el mayor terrorista del siglo XXI, es expulsarlo de Ucrania”.
Nová Kajovka: monumentos y recuerdos de la primera ciudad en ser inundada. La corriente destruye los restos de la presa
Nová Kajovka. Monumento a Tarás Shevchenko
La decisión sobre la construcción de central hidroeléctrica de Kajovka se tomó en 1950, en 1955 se puso en marcha el primer generador hidroeléctrico, y en octubre de 1959, la central hidroeléctrica comenzó a operar a plena capacidad generando 312 MW de electricidad. Para la construcción y el mantenimiento de la central eléctrica, se requirió la participación de miles de trabajadores y especialistas, y en 1952 se construyó una nueva ciudad, Nová Kakhovka. El centro de la ciudad, que ahora está bajo amenaza de inundación, es famoso por sus sofisticadas decoraciones de edificios: "bordado de piedra" creado por Gryhoriy Dovzhenko, estudiante de Mykhailo Boichuk.
El parque de la ciudad cerca del río Dniéper fue creado por el famoso jardinero ucraniano Stepan Faldzinsky, y el renombrado director de cine Oleksandr Dovzhenko participó en la plantación de árboles. El parque fue inundado por las aguas del Dniéper hoy. En el momento de redactar esta publicación, el agua ya ha llegado a la calle central de la ciudad, la avenida Dniprovsky, y el edificio del ayuntamiento se ha inundado.
La diferencia del nivel del agua entre el embalse de Kajovka y cine detrás de la central hidroelectrica es de unos 12 metros, mientras que el embalse en sí contiene 18,2 kilómetros cúbicos de agua. La masa de un kilómetro cúbico de agua alcanza los mil millones de toneladas. Si la presa se destruyera en un solo momento, tal masa de agua arruinaría todo a su paso, incluso si la ola no fuera alta. Por eso, los tsunamis son tan peligrosos cuando gigantescas masas de aguas oceánicas arrasan todo lo expuesto al impacto de tal ola.
Los rusos, después de haber volado la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, están provocando un tsunami de agua dulce en la parte sur de nuestro país. Después de todo, el problema radica en el hecho de que el agua que ha atravesado las secciones de la presa volada continuará causando la destrucción de la presa. Al mediodía del 6 de junio, se sabía que 11 de los 28 tramos de la presa estaban destruidos. Esta es la razón por la cual, sin exagerar, las consecuencias de este crimen pueden ser catastróficas.
Es imposible llegar a un acuerdo con Rusia, debe ser expulsada de Ucrania para siempre
Un desastre de este tamaño tiene consecuencias inmediatas: la muerte de personas, daños a viviendas y destrucción de cultivos, y resultados a largo plazo que se sentirán años y décadas después. Las masas de agua pueden lavar la capa no tan gruesa de suelo fértil y enlodar las áreas cultivadas del sur de Ucrania, irrumpir el sistema de riego y suministro de agua, que requerirá años para restaurarse.
Aún no se sabe cómo revitalizar los suelos y dar empleo a cientos de miles de habitantes de las aldeas que antes trabajaban en la agricultura. Y eso por no hablar de la muerte masiva de peces, aves y animales salvajes. Además, la destrucción del embalse de Kajovka amenaza el suministro de agua dulce no solo a las regiones del sur de Ucrania, sino también a Crimea.
Parece que los rusos, horrorizados por el inminente regreso de Ucrania a sus tierras y al darse cuenta de que la guerra de agresion que desencadenaron conduce a una derrota inevitable, decidieron convertir las florecientes tierras del sur de Ucrania en un desierto. En este contexto particular, los llamamientos hechos por ciertos políticos y líderes extranjeros para entablar negociaciones con el Kremlin en condiciones rusas son simplemente una forma de apoyo al terrorismo internacional y al crimen de genocidio cometido contra los ucranianos.
Rusia ha confirmado una vez más que no solo es incapaz de negociar, sino que también representa una amenaza directa para la existencia de la civilización global. Los criminales que no dudan en cometer los peores e inimaginables crímenes contra la población civil ostentan el poder en el enorme país. Los ocupantes rusos destruyen a los ucranianos e intentan convertir los territorios que consideran suyos en un desierto inadecuado para la existencia humana, mientras hablan de la hermandad de las naciones y de la historia mutua.
Destruir presaa del Dniéper, matando a la gente, es su “tradición”
Central Hidroeléctrica Dniéper destruida, detrás está el puente destruido a la isla Jortytsia
El 18 de agosto de 1941, al retirarse de Ucrania, las tropas soviéticas volaron la presa de Central Hidroeléctrica Dniéper (también conocida en ese momento como Dniprelstan). La destrucción se llevó a cabo en un intento inútil de retrasar el avance de las tropas alemanas. Como resultado se destruyó la presa y, como informó el periódico Berliner Illustrirte Zeitung en marzo de 1942, el incidente provocó la muerte de al menos 3.000 personas, aunque algunas publicaciones posteriores informaron que el número de muertos llegó a casi 100.000. Además, la presa fue volada junto con las unidades en retirada del Ejército Rojo que intentaban usarla para llegar a la orilla izquierda del Dniéper. Nadie ha contado nunca el número de soldados y oficiales del Ejército Rojo que murieron allí.
La práctica de dejar atrás la tierra arrasada, que se utilizó durante la antigüedad y la Edad Media, fue tomada prestada y adoptada por comunistas y nazis, así como por sus herederos ideológicos en el siglo XXI. Las detonaciones de 1941 en Kyiv y Járkiv, acompañadas del uso de escuadrones de "hombres con antorchas" para incendiar casas de campesinos, se consideran una "práctica común" de los rusos modernos en el campo de la guerra y, de hecho, entran en la categoría de crímenes de guerra y genocidio.
Los autores son conocidos. Por su nombre. Pronto serán llevados ante la justicia
El movimiento de partisanos Atesh, creado por patriotas ucranianos y tártaros de Crimea en el territorio ocupado, anunció en su canal de Telegram que conocía a los organizadores directos y autores del crimen en relación con la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, se trata de los militares del 1r batallón de la 205ª brigada de fusileros motorizados de Budyonovsk del krai de Stávropol de Rusia. Según Atesh, el coronel de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, Eduard Shandur, es el comandante de brigada. Los terroristas en las filas del ejército ruso y sus comandantes en Moscú ni siquiera deberían esperar que este crimen, como miles de otros cometidos por ellos en Ucrania, quede impune. El ejército ucraniano, las fuerzas especiales ucranianas vendrán por todos y les harán pagar por los intentos de destruir a la gente "cuyo poder de la verdad aún no ha sido conquistado por nadie..." Y esto no va a suceder, por mucho que lo intenten los rusos en sus últimas convulsiones de la enfermedad imperial de la destrucción.
Dmytro Redko, Kyiv