Igor Khalus, comandante de compañía del 220º Batallón de la 126ª Brigada Separada de Defensa Territorial
Fui a la guerra para ganar, no para hacer carrera.
En el marco del proyecto de Ukrinform “Comandantes de nuestra Victoria”, hablamos con comandantes de diversos rangos que ya están escribiendo sus nombres en la historia de Ucrania con sus conocimientos, experiencia, autoridad y fe incuestionable en la Victoria.
Hoy nuestro invitado es el comandante de compañía del 220º Batallón de la 126ª Brigada Separada de Defensa Territorial, Igor Khalus. Participó en la operación en Krynky, en la cabeza de puente de la margen izquierda de la región de Jersón.
P: Su biografía, Sr. Igor, dice que estudió en una universidad militar. Pero antes de la invasión a gran escala, su trabajo y su vida no tenían ninguna relación con su formación académica. Era director de una empresa y tenía su propio estudio de grabación de música… ¿Esperaba tener que vincular su vida al ejército?
R: Seré sincero, estudié en el instituto, pero no iba a vincular mi futuro al ejército. Pero ingresé en la Academia de Fuerzas Terrestres de Odesa y estudié allí dos años y medio. Después tuvimos una reunión en Kirovogrado, donde prestamos juramento y nos dieron un certificado. Bueno, ese es el final de mi relación con el ejército... Pero cuando empezó la invasión a gran escala, no esperaba recibir una citación, fui al centro de alistamiento militar.
P: Pero lo tenía todo. Buen trabajo, hobby que, supongo, era agradable, familia. Y decidió posponer todo esto por tiempo indefinido, para ir a la guerra...
R: Hice mi juramento militar en 2012, era oficial de reserva. Un hombre, debe ser un hombre, debe defender su país. Juré defenderlo y lo defiendo cuando el enemigo ataca. Y no será de otra manera.
P: ¿Sintió entonces cuánto tiempo podría durar esta guerra?
R: No pensé en eso, sinceramente. Leí las noticias, vi que el enemigo avanzaba, avanzaba en todas direcciones. Y cuánto durará, cuánto tiempo viviré si voy a defender el Estado, tales pensamientos ni siquiera estaban en mi mente. Tenía que actuar e hice todo lo que pude.
P: ¿Cómo llegó a ser comandante?
R: Llegué con tarjeta de identidad militar, me asignaron a la 126ª Brigada de Defensa Territorial. Al principio, desempeñaba las funciones de sargento jefe de pelotón, trabajaba con la gente y les enseñaba. Tenían un gran problema con la gente que venía de la vida civil. Si al menos después de la formación militar entendimos qué es una ametralladora, qué es un arma, cómo manejarla, algunos elementos tácticos básicos, etc., entonces la gente civil vio una ametralladora por primera vez y no entendió qué hacer con ella. Y mientras estábamos más cerca de Odesa, cada uno de nosotros trabajó para que la gente al menos aprendiera algo. Cuando un hombre no sabe manejar un arma, no es un guerrero.
P: Sabemos que tuvo que convertirse en comandante de los soldados que perdieron a su anterior comandante. ¿Cómo se ganó su confianza?
R: Cuando quedó vacante el puesto de comandante de pelotón en nuestra compañía, fui nombrado comandante del tercer pelotón. Y emprendimos nuestra primera misión de rotación al sector de Mykoláiv. Cuando regresamos a nuestra base, me nombraron subcomandante de compañía para el apoyo moral y psicológico, pero eso no era para mí. Tengo que trabajar con la gente, tengo que estar con ellos en primera línea, donde hay guerra y no papeleo. Y recibí una invitación del comandante de la compañía vecina de nuestro batallón para unirme a ellos. Me gustó mucho el enfoque de ese comandante, su visión de la guerra. Era un gerente militar que nunca se quedaba quieto, constantemente inventaba algo, eso me gustaba mucho. Acepté su oferta. Pero tuve que esperar un tiempo determinado para el traslado, y mientras esperaba, murió... Y tuve que convertirme en comandante de compañía, donde no conocía a nadie en absoluto. Era 2023, un año difícil.
P: ¿En qué momento sintió que se había establecido un contacto?
R: En la isla de Kozatsky. Tenía que trabajar allí, digamos, no como comandante de compañía. Llegamos al punto de que tuve que sacar a los heridos y un cadáver de la isla yo solo con uno de los soldados en barco a remos. La gente vio que yo no dejaría a solas a nadie, la gente vio que estaba con ellos y entonces apareció la confianza. Y luego recibí la orden de que era necesario que mis soldados fueran a Krynyky, y dije que los soldados no irían allí sin mí. Me respondieron: bueno, allí se necesita un comandante de compañía y fuimos a Krynyky. Entonces lo gestionamos todo, incluso mejor de lo que esperábamos.
P: Aun así, me gustaría entender ¿cómo se produjo esta transformación de Khalus voluntario a Khalus comandante? ¿Qué cualidades debe poseer un comandante? Y, de hecho, su experiencia como director de una empresa de logística, ¿le ayuda ahora?
R: ¿Experiencia en gestión? En general, a lo largo de toda mi vida, ya fuera un equipo de voleibol o un equipo de fútbol, siempre fui el capitán, el organizador y también el líder de mi grupo en la academia. Trabajo constantemente con la gente, organizo. Sí, también tenía experiencia en gestión civil, tenía hasta 150 personas en mi plantilla en temporada alta. En la vida civil ya dirigía una compañía de buen tamaño, incluso con una unidad adscripta. Entendí cómo acercarse a las personas, cómo obtener resultados de ellas, cómo construir un trabajo para que haya disciplina y motivación. Para que no corras y ladres como un perro, para que la gente haga algo. Y los militares se reunieron para derrotar al enemigo, y para esto también es necesario hacer algo todos los días. Y mi tarea, como comandante, es dirigir y controlar.
P: Es decir, ¿el comandante también tiene que ser gerente?
R: Necesariamente. Cualquier comandante debe ser gerente. Un no gerente puede ser una persona que no tiene subordinados. Tenemos una guerra que cambia cada mes, cada semana, a veces de tal manera que hoy algo está bien, pero mañana ya no funciona. Si el comandante es un gerente, analizará: hemos sufrido pérdidas (en el mejor de los casos, no personas), y hay que sacar conclusiones. Y, en este caso, ya no hacemos lo que hicimos ayer.
P: Cuando hablamos con usted previamente, dijo una frase que me gustaría citar: todo se basa en la justicia. Pero la justicia, en mi opinión, en la guerra es algo tan inestable...
R: La justicia es fundamental, es como el aire, como el agua. A veces las emociones, digamos, se salen de escala, pero hay reglas básicas que son las mismas para todos, y eso es justicia. Si un soldado ha demostrado su valía, recibirá una recompensa. Si un luchador se ha mostrado negativamente, será castigado, esta es la base de la disciplina y la motivación. Porque si algunos lucharon y otros no estuvieron en ninguna parte, pero recibieron premios, surgirán muchas preguntas innecesarias. En primer lugar, al comandante inmediato. Cuando no hay justicia, el personal no percibirá al comandante. El comandante no debe obligar con palo a hacer a alguien una cosa. Debe venir y decir con calma: tú, ve allí, haz esto. Respuesta: sí, señor. Fue, cumplió, informó. Y ya está.
P: Recuerdo su publicación de Instagram: dijo que un comandante debe seguir siendo un soldado.
R: Y no sólo eso. Hoy tienes que ser comandante de compañía, y al día siguiente jefe de pelotón, y luego sargento, y luego soldado. Como sargento, se supone que debes controlar al personal. Esto no significa que tengas que perseguir a todo el mundo. Pero acercarse a un soldado y decirle: dame tu ametralladora, ¿por qué no está limpia? Y también significa que el sargento -el comandante inmediato de este soldado- no hizo su trabajo, porque es el que se supone que debe supervisar. Aquí tienes, el comandante de compañía se convirtió en sargento durante un minuto. En otro caso, vas con ametralladora en las manos a las posiciones y preguntas: ¿Por qué la zanja no es lo suficientemente profunda?... Hablas con un soldado, preguntándolo “¿Por qué lo hiciste así y no así?” Es decir, ha sido soldado. Cuando el comandante de compañía está todos los días en todas las posiciones de su compañía, comprende cuáles son sus posibilidades mañana y cómo librar una batalla sin perder personal.
P: También publicó una foto en su página de Instagram con la leyenda: no hay ningún militar profesional en esta foto. ¿Es así como eleva la moral de sus soldados?
R: Todo mi pelotón eran civiles, ni un solo militar. Nadie había hecho el servicio militar obligatorio. Y nos llevaron a la primera rotación, allí escuchamos un dron por primera vez, y lo que es cuando un mortero de 120 mm, lanzagranadas múltiple, municiones en racimo disparan contra ti. Pero es genial cuando estás en posición con los muchachos bajo fuego y están algo felices: ¡Uh, guauuuuu! La adrenalina es buena. Puedes ser un guerrero si vienes de la vida civil. Puedes aprender muy rápidamente cuando hay gente experimentada cerca. Ahora la gente viene desde el centro de formación, y luego pasa tres semanas con combatientes experimentados en la isla, en Krynky, en Kozachi Lageri, en Mykoláivka… El soldado tigre, lo sabe todo...
P: ¿Soldado Tigre? ¿Cómo es?
R: Realmente, una historia divertida. Era el año 2023, en verano. Estábamos en el río, trabajando contra las islas, y mis soldados vieron un vehículo que cruzaba un campo en la oscuridad. No le dijeron nada a nadie, solo prepararon una emboscada. El vehículo pasa y ellos saltan, apuntando con sus armas a los que estaban dentro: ¡Palabra clave! Ya sabes, es como en un puesto de control... Entonces su comandante me llama y me dice: diles a tus "tigres" que nunca vuelvan a hacer esto, porque los míos van a trabajar, y algunos aborígenes se les lanzan y les piden la palabra clave. "Tigres" estaba entre comillas, pero la palabra se nos quedó grabada. Tigres es como llamo actualmente a los muchachos que realizaron misiones de combate difíciles. Y entre los Tigres está el Tigre de todos los Tigres, el rango más alto de Tigre que existe en la unidad.
P: Cuando recuerda esos momentos, sonríe. ¿Tal vez tenga alguna otra historia similar?
R: Bueno, son historias de miedo, en realidad, pero terminaron bien. Por ejemplo, cuando nos estábamos retirando de Krynky, nos esperaban barcos en el agua, comenzó un bombardeo, éramos 10. En cada barco había espacio para cinco personas. Así que cinco personas en un barco, cinco en el otro. Los conté a todos: ¡diez, vamos! Comenzamos a remar para alejarnos de la orilla y entonces mi ayudante corre acercándose a nosotros con una ametralladora, gritando: ¡Se olvidaron de mí! Y ya estábamos a 15 metros de la orilla. Le dije al timonel: da la vuelta. Una vez que el barco llegó a tierra, se dejó caer inmediatamente en el barco, con los pies en alto y la cabeza hacia abajo, y permaneció en esa incómoda posición hasta que llegamos a la otra orilla del Dniéper. Él dijo después que le dolía el cuello, a lo que le respondí: estás vivo y eso es lo más importante. Sobre nosotros estaba el cielo estrellado, tan increíblemente hermoso, como en una película. Yo estaba tumbado en el barco, mirando el cielo, pero aquel hombre no lo podía ver, porque estaba tumbado con la cabeza agachada. Jamás recordará aquel cielo como yo...
P: Igor, cuénteme algunos detalles de los combates en la región de Jersón.
R: Tomemos como ejemplo Kozachi Lageri. Se trata de una operación menos conocida, pero fue un ensayo de combate de las operaciones de Krynky. Fue muy duro ahí. Era muy fácil entrar, pero muy difícil salir. A continuación, hubo una historia de las islas. Estábamos en la orilla alta y derecha del río, mientras que el enemigo estaba en la orilla izquierda y suave. Así que ellos tenían muchos puntos de descenso al agua, y nosotros sólo teníamos unos pocos, y el enemigo conocía sus ubicaciones. Por lo tanto, nuestra logística era muy complicada porque el enemigo estaba usando todo lo que tenía contra nosotros. Así que hicimos todas nuestras operaciones utilizando barcos pesqueros, a remos. Simplemente sales, sabiendo que en el camino intentarán matarte, pero hay que cambiar a la gente, hay que evacuar a los heridos. Tienes suerte si el herido tiene heridas de gravedad leve o media y se encuentra en condición estable y listo para ser evacuado, o si han esperado hasta la noche, cuando un barco puede pasar sin ser detectado. Pero si las heridas son graves, el herido debe ser rescatado durante el día...
P: Usted habla de las dificultades condicionadas geográficamente. Pero, ¿qué pasa con las demás? ¿Burocracia, enfoques obsoletos? ¿Qué cree que se debe cambiar en las Fuerzas Armadas y quién debería realizar esos cambios?
R: Empecemos por lo bueno. El ejército está cambiando, es decir, necesita reformarse y todavía queda mucho trabajo por hacer. No me hago ilusiones, trabajé en un puesto directivo, introduciendo cambios con gente que no elegía. Así que fue muy difícil hacerlo.
P: ¿Podría darnos ejemplos?
R: A las Fuerzas Armadas llegaron personas capaces de inventar cosas nuevas. Derrotamos al enemigo introduciendo innovaciones. Pero el enemigo replica nuestras innovaciones muy rápidamente, intenta ampliarlas, tiene más gente, más artillería... Pero gracias a esta creatividad todavía podemos luchar como nadie ha luchado con ellos antes; no esperaban esto. Pero entre nosotros esto viene de abajo, no de arriba.
Por ejemplo, había un problema con las unidades de vehículos aéreos no tripulados. Y se estaba solucionando en el nivel más bajo, donde todos hacían reconocimiento aéreo de forma independiente y hacían escuadras de drones FPV de forma independiente. En mi unidad, por ejemplo, todavía no se ofrecen puestos para un operador de drones o un operador de drones FPV. Pero los tengo, autónomos. En nuestra plantilla solo hay puestos de soldados, sargentos, médicos de combate y conductores. Este es el personal del que dispongo. Pero entiendo que esto no corresponde a las realidades actuales de la guerra. Y entonces los blogueros empiezan literalmente a gritar sobre este problema. Y sólo entonces, a un alto nivel, comienzan a moverse y deciden organizar unidades especializadas en sistemas no tripulados. Pero esto debería haberse hecho un año antes, más o menos. Al fin y al cabo, fue en 2022 cuando la gente empezó a recaudar fondos para comprar drones Mavic. Y yo, el comandante de la compañía, no puedo prescindir de mi reconocimiento aéreo. Y ejemplos como éste hay muchos.
Las tareas ordenadas desde arriba son las que se ordenan desde arriba. Hay comandantes superiores que estudiaron en academias, pero para entender la guerra moderna, es necesario estar al lado de sus soldados en las trincheras. Nadie conoce mis fortalezas y recursos mejor que yo, porque miran mi plantilla de personal y dicen: Oye, tienes a 70 personas en tu lista, pero muy pocos de ellos son combatientes, ¿sabes? Para ganar, primero debemos preservar las vidas de los soldados. No habrá nuevos, no habrá mejores, y los que haya disponibles valen más que el oro.
P: ¿Y cuál es la lección aprendida?
R: No se puede aprender la guerra con un libro. Con un libro se pueden aprender los artículos de guerra, las normas de servicio, los procedimientos de contabilidad de documentos... Pero no se puede aprender la guerra de esta manera, porque cambia cada día. Los que planearon la operación de Krynky enviaron allí soldados a pie, porque no había forma de llevar allí vehículos de combate. Y a esos soldados empiezan a bombardearlos con bombas aéreas guiadas. Estás sentado en una trinchera y de repente cae una bomba y no queda nada: ni tú ni la trinchera... Estuve en Krynky en el momento en que se vio un número récord de bombas aéreas guiadas lanzadas diariamente sobre la línea del frente de 3 km de largo y 0,8 km de ancho que discurría a lo largo de la orilla del río Dniéper. Allí se lanzaban más de 60 bombas cada día. Un soldado de infantería puede ser lo suficientemente valiente para atacar y destruir un tanque, un soldado de infantería puede asaltar de frente una trinchera enemiga, pero ¿qué se supone que debe hacer con un avión bombardero o con bombas aéreas guiadas lanzadas desde 30 kilómetros de distancia? El Patriot, que los nuestros llevaron, derribó cuatro aviones de guerra enemigos en dos días, parece. Pero no fue llevado allí al día siguiente, tan pronto como se dieron cuenta de que teníamos problemas para contrarrestar estos ataques aéreos, ni tampoco fue llevado allí una semana después, ni siquiera un mes después… Tengo una gran pregunta: ¿por qué enviamos a gente a lugares donde no podemos cubrirla? ¿A quién hay que responsabilizar por no tomar las decisiones adecuadas?
P: Sobre la reforma, ¿es eso todo lo que quería decir?
R: Tengo propuestas sobre la reforma del ejército, tal vez alguien las tenga en cuenta algún día. Primero, esta guerra demostró que son los grupos pequeños, los grupos móviles, los que son muy eficaces. Estoy convencido de que en el futuro será necesario aumentar el número de batallones. En cuanto a las brigadas…Tendremos que alejarnos de la visión estándar de lo que es una brigada. La brigada es un organismo muy grande, muy lento, que a menudo duplica sus servicios, porque cuando hay un batallón separado dentro de una brigada, se duplica el trabajo de los demás. Este es un ejemplo.
Segundo, nadie sabe mejor que el comandante del batallón lo que ocurre en su sector de responsabilidad. Es como un director ejecutivo. Puede recorrer las posiciones ocupadas por su batallón y ver: Bueno, tengo un cañón de artillería aquí, un mortero allá y soldados de infantería en tal y tal lugar. Es decir, el comandante del batallón puede ahondar en esta estructura. Pero el batallón necesita estar un poco mejor armado, hay que dotarlo de equipos de guerra electrónica que deben ser para su propio uso. Para que no ocurra como antes, cuando tenemos un problema y necesitamos un sistema de guerra electrónica, nos ponemos en contacto con el comandante superior y resulta que el sistema de guerra electrónica está colocado de tal manera que no nos sirve de nada. Y estamos perdiendo soldados… Es necesario reducir estas estructuras para que sean más móviles, pero al mismo tiempo es necesario añadir responsabilidad a los comandantes sobre el terreno. Para darles más influencia y al mismo tiempo aumentar la responsabilidad. Me parece extraño que, a mí, comandante de compañía, me confíen un determinado sector de la línea del frente, me confíen personal, vidas humanas, pero, digamos así, ellos, por alguna razón, no tienen prisa en confiarme una "máscara de gas", un equipo de protección personal. Estamos en guerra, y la guerra es un asunto costoso. Es bueno que la gente no muera. Si un soldado escapa de la muerte, se le proporciona un nuevo casco, una nueva armadura, un nuevo fusil y, ¡voilá!, puede volver a luchar. Pero si no tengo a nadie a quien darle este fusil, no vamos a ganar la guerra. A mí esta situación me parece extraña. Bueno, pueden endurecer mi responsabilidad, como comandante, por ejemplo, en caso de pérdida de propiedad. Si alguien me descubre robando o apropiándome de algo, entonces que me castigue la ley. Pero yo vine a la guerra para luchar, para ganar, no para hacerme una carrera.
En medio de una guerra, los cambios son necesarios. No me hago ilusiones de que se pueda cambiar a todo el mundo. Si un comandante no cumple con su trabajo, debe ser removido de su puesto. Pero es un oficial, así que tiene que estar clavado en algún sitio. Por eso lo asignan a un puesto en el que causará el menor daño posible. Porque no existe ningún mecanismo que permita despojar a un oficial de sus charreteras y de sus insignias militares, de su tarjeta de identificación de oficial: si no puedes trabajar con el cerebro, entonces sé útil, trabaja con tus manos, toma una pala y ve a cavar trincheras.
P: ¿Tiene la oportunidad de presentar sus propuestas a alguien?
R: De momento, no. En primer lugar, me ocupo de mi unidad, intentando poner en práctica mis ideas en ella. Tengo suerte con el comandante del batallón: un joven gerente que siempre está dispuesto a escuchar y entender, que siempre va a la primera línea y habla con los soldados. Sabe lo que pasa en primera línea. Ya sabes, no necesitas todos esos cuadernos de bitácora, esos montones de papeles. El trabajo del comandante de la compañía no es difícil de verificar: ¿entrena el comandante a sus subordinados?, ¿cómo se organiza el entrenamiento?, en medicina táctica, en tiro. Puedo llegar a cualquier compañía, acercarme a un soldado y decirle: heridas en el brazo izquierdo, pierna derecha... Y resulta inmediatamente que el soldado no lleva consigo dos torniquetes, al menos dos, porque tres o cuatro serían mejores. Si uno de los torniquetes se encuentra sellado en un paquete, esto significa que el soldado herido no había recibido entrenamiento en primeros auxilios tácticos. Y no es necesario llevar un registro, porque esto se puede comprobar de esa manera. O acercarse a un comandante de compañía y decirle: "Ponte al volante y llévame a tus posiciones". Si no sabe por dónde conducir, entonces no sabe nada sobre sus posiciones.
P: ¿Cómo trabaja usted, como comandante, con los nuevos reclutas?
R: Lo primero y más importante es que siempre asigno a cada recién llegado a soldados experimentados. Segundo, los envío primero a posiciones "tranquilas". Un hombre viene de un centro de entrenamiento (y no es el año 2022), sabe lo que es un arma, está familiarizado con algunos elementos de la táctica. Pero un principiante no sabe cómo distinguir el sonido de un dron FPV del de un dron Mavic, si un Mavic está cargado o vuela vacío después de la misión, en qué se diferencia el fuego saliente del fuego entrante y el fuego de artillería del fuego de mortero. Adaptamos a los hombres, los llevamos a posiciones tranquilas para que aprendan a distinguir los sonidos. Un hombre hace esto una vez; la segunda vez lo hace en compañía de soldados experimentados, y sólo entonces está listo para pasar a otras posiciones.
Cuando la gente viene a mí, le digo al médico de la compañía que imparta una sesión de formación en primeros auxilios tácticos y me informe: qué saben/no saben, si saben/no saben lo que tienen en sus botiquines. Después de la sesión, el médico me informa: aquí cumplen con el límite de tiempo, pero allá fallan, necesitan capacitación en algunos aspectos de primeros auxilios tácticos, saben esto, pero no saben aquello, qué falta... – Bueno, ¿cuándo será la próxima sesión? – Tal día. De acuerdo.
P: Sobre Krynky, en su opinión, ¿se puede considerar que la operación ha logrado su objetivo?
R: Sigo sin comprender la tarea global que teníamos ante nosotros. Tal vez la tarea consistía en contener una cierta cantidad de fuerzas enemigas en este sector concreto del frente. Tal vez había otras tareas, pero no se hicieron realidad. Puedo decir con certeza que la operación podría haberse hecho mejor, incluido el problema de los ataques aéreos que he mencionado anteriormente. Además, uno de los principales problemas era que había demasiadas unidades relacionadas involucradas. Déjeme explicar: cuando entré a Krynky, me asignaron la tarea de establecer defensas en una calle específica. Conmigo estaban nueve soldados de mi compañía, a los que conocía en Krynky, mientras que todos los demás eran unidades recogidas de diferentes brigadas, que incluso utilizaban diferentes sistemas de comunicación. Para poder establecer comunicación en esa calle, simplemente tomé un bloc de notas, entré en cada casa, en cada sótano, arriesgándome a que me dispararan desde allí. Yo venía diciendo: muchachos, amigos, gloria a Ucrania, palianytsia... (la palabra palianytsia se refiere a un tipo de pan rústico ucraniano, pero también tiene un significado simbólico añadido porque desde que empezó la guerra se ha utilizado como un lema para distinguir a los ucranianos de los rusos porque a estos últimos les resulta difícil pronunciarlo correctamente, ed.). Y escuché como respuesta: ¿Quién eres, por qué estás aquí? Yo soy fulano de tal, designado responsable de este sector, ¿de qué unidad es usted?, ¿cuántos de ustedes hay? Compartimos cierta información el uno del otro, como "yo tengo tal indicativo", "tú tienes tal indicativo"; lo anoté en mi bloc de notas y seguí adelante. Así me paseaba por todo Krynky. Sería mucho más fácil si fuera una sola compañía, con una comunicación establecida, soldados que se conocieran entre sí. La guerra es un trabajo en equipo, como el fútbol. El resultado habría sido mejor si hubiera habido un plan. No había ningún plan para la operación de Krynky; las unidades entraban en la orilla izquierda sin saber de antemano dónde moverse, qué hacer, cómo trabajar en equipo entre sí.
P: La guerra son pérdidas. ¿Cuál es la pérdida más dolorosa para usted?
R: Ayer asistí a un funeral; mi compañero de armas murió en combate. Servíamos en unidades diferentes en el momento de su muerte, pero este soldado estaba en mi pelotón en 2022. Ya sabes, la mayor pérdida en esta guerra no es que simplemente estemos perdiendo gente, aunque esa pérdida es una locura, de hecho, sino que lo peor es que estamos perdiendo una generación no nacida en esta guerra, es decir, estos muchachos que murieron, ¡qué hijos podrían haber criado, pero no tuvieron tiempo!
P: A pesar de las duras experiencias que tiene que afrontar, compone música. ¿Qué le inspira? ¿Es una respuesta a lo que ha vivido? ¿Cómo nació esta canción?
R: Fueron emociones muy fuertes, sobre todo al salir de Krynky. Había una pared a la entrada de un sótano. Unos chicos dibujaron en ella un barco y un sol. Y este pequeño sol, era el último día de nuestra retirada. Compuse esa canción mientras estaba en una trinchera, donde no había luz, pero había proyectiles de mortero de 120 mm y drones FPV volando. Solo compartí lo que viví allí, como si me encontrara de nuevo en Krynky. En cuanto a otras canciones... Sucede de manera muy espontánea. Puedo pensar en una melodía. Si me atrapa, sigo, sobre todo en las horas de la noche (si la situación está más o menos tranquila) y sobre todo cuando no hay nadie alrededor, nadie me saca... Resulta ser sólo una especie de explosión de emoción.
P: Recientemente ha lanzado una nueva canción titulada Freedom. ¿De qué trata esta canción?
R: Se lo dediqué a Yevguen, mi compañero de armas que murió cumpliendo una misión de combate. Intenté transmitir su modo de pensar, su forma de vivir, su forma de afrontar la guerra, su muerte y su vida.
P: ¿Tiene algún plan “musical” para el futuro?
R: Espero que pronto salga una canción que tenía que haber salido hace más de un año, pero no pude terminarla. Se trata de una canción en colaboración con Khrystyna Panasiuk, llamada Home. Cuando salga, podrás escucharla.
P: Esperaremos sus canciones, sus éxitos como comandante. ¿Podemos cerrar la entrevista con un blitz?
R: Sí.
P: ¿Cuál es tu elección más difícil en la vida?
R: No existe tal cosa, una elección es una elección. No existe tal cosa como la elección correcta. Existe una elección y sus consecuencias.
P: ¿En qué pensaba antes de retirarse de Krynky?
R: Tenía miedo, mucho miedo por mis muchachos. Quería que todos los muchachos que me habían acompañado regresaran a casa con vida.
P: ¿Cree en Dios?
R: No, no creo.
P: ¿Qué sonido asocias con la paz?
R: Silencio, silencio quizás. Bueno, no es sonido, es silencio.
P: ¿Su comida favorita en la guerra?
R: Un hot dog con café en una gasolinera.
P: ¿Qué palabra describe mejor su misión actual?
R: Victoria.
P: ¿Qué es lo que más le arrepiente?
R: Camaradas perdidos. La guerra me permitió conocer a muchas personas maravillosas que de otra manera no habría conocido. Si no hubiera sido por la guerra, nunca habría conocido a estos hombres. Sería mejor que nunca los hubiera conocido, no habría habido guerra y ellos estarían vivos.
P: ¿Qué es lo que más le inspira?
R: Grandes hazañas de gente común.
P: ¿Qué superpoder le gustaría tener en el campo de batalla?
R: Nunca cometer errores.
Entrevista realizada por Diana Slavinska
Foto: Illya Rusachkov