OTAN-Rusia: La larga tolerancia de Occidente se ha acabado

Consecuencias de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN. Occidente inicia un nuevo "gran juego". Esta es la Guerra Fría 2.

No se dan a conocer en detalle los planes militares y político-militares de la Alianza, pero en general está claro que, a partir de ahora, Rusia enfrentará resistencia por todos las vías y medios aceptables desde todos los puntos, territorios y puestos de avanzada a los que tratará de llegar y lograr arraigarse ahí.  

OTAN. Hay determinación y fuerza. Y un plan de acción 

En Bruselas, los ministros de Defensa de la OTAN aprobaron el Concepto de la Contención y la Defensa de la Región Euroatlántica y analizaron los detalles de la oposición a China. El plan, según el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, protegerá a mil millones de personas en los países de la Alianza ante cualquier amenaza.  

Aunque la dirección de la OTAN sigue intentando, al menos en declaraciones oficiales, no nombrar directamente a sus potenciales rivales, está claro que el primero de ellos es Rusia. Uno de los temas debatidos fue cómo contrarrestar la invasión rusa en la región del mar Negro. El secretario general de la OTAN recordó que los Estados costeros son tres miembros de la OTAN: Turquía, Bulgaria y Rumania, y hay "dos socios muy cercanos, a saber, Georgia y Ucrania".  

Al recordar la anexión ilegal de Crimea y el comportamiento agresivo de Rusia en la cuenca del mar Negro, Stoltenberg dijo que los países de la OTAN "han aumentado nuestra presencia en la región, a saber, en el aire, en tierra y en el mar, y estamos evaluando constantemente qué más se puede hacer aumentando nuestra presencia, así como incrementando nuestra capacidad para desplegar fuerzas rápido".  

De hecho, no había paz en Europa…  

Las decisiones de la OTAN no surgieron de la nada, y las relaciones entre Rusia y los Aliados gradualmente se volvieron conflictivas. Baste recordar cómo Rusia, a pesar de sus pretensiones de retirarse del enfrentamiento entre Occidente y Oriente durante la era soviética, siempre ha intentado crear una alternativa a la Alianza del Atlántico Norte, desde el principio de su no muy larga estadidad de la era contemporánea. Por ejemplo, durante una operación de mantenimiento de la paz en la antigua Yugoslavia, cuando los paracaidistas rusos, en contra de los acuerdos anteriores, capturaron un aeródromo en la ciudad de Pristina el 12 de junio de 1999. Esto casi llevó a un conflicto armado entre el personal de mantenimiento de la paz de la OTAN y el Ejército ruso, y solo gracias a varios días de intensas negociaciones se logró aliviar la tensión.  

De manera similar, la creación de una alianza de defensa de los Estados miembros de la CEI tenía como objetivo no tanto contrarrestar amenazas terroristas y otras amenazas desestabilizadoras, sino contrarrestar a la OTAN. Esto se evidencia en la retórica anti-atlántica que acompaña la reacción de Rusia a cualquier movimiento de tropas de la OTAN en Europa o sus ejercicios. Al mismo tiempo, los ejercicios militares de Rusia tienen como objetivo evitar "una amenaza potencial de Occidente". No hay otro bloque militar que la OTAN de este lado. 

Un elocuente acto de hostilidad fue el despliegue de nuevos misiles y la restauración de la capacidad de combate de los lanzadores de misiles "Iskander" existentes en la región de Kaliningrado, parte de Prusia Oriental tomada de la derrotada Alemania nazi y anexionada por Rusia. Esto parecía una especie de la "serie". En octubre de 2008, el entonces presidente ruso, Dmitri Medvedev, dijo que la respuesta al despliegue del sistema de defensa aérea estadounidense en Polonia sería el de sistemas de misiles "Iskander" en la región de Kaliningrado, y, en 2011, confirmó esta disposición. El estatus de despliegue fue incierto hasta 2016, cuando se supo del suministro de los complejos Iskander-M a los puestos de alerta. Y mire: las armas de ataque apuntan a los equipos de defensa aérea.  

La realización de ejercicios militares anuales con el Ejército Popular de Liberación de China (el principal rival geopolítico de Occidente), la intervención en conflictos en África y el Medio Oriente, y la reciente concentración demostrativa de un gran contingente de tropas cerca de las fronteras de Ucrania dan testimonio de la confrontación a la que están dispuestos los dirigentes de Rusia. Moscú siempre ha declarado la inadmisibilidad del cruce de las "líneas rojas", es decir, cambios en el equilibrio geoestratégico a favor de Occidente, mientras movía estas líneas imaginarias, creadas por su febril imaginación, hacia la dirección occidental. 

Si hasta ahora el enfrentamiento se produjo dentro de los límites más o menos civilizadas, los sucesos de septiembre-octubre de 2021 confirmaron que los dirigentes rusos se preparan para escalar a un punto crítico el enfrentamiento con la OTAN. 

El 6 de octubre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció la reducción de la misión rusa en Bruselas en la sede de la OTAN. La razón fue que estos diplomáticos habían resultado ser expuestos como espías con estatus diplomático. En respuesta, Rusia, en lugar de responder, como es habitual en la diplomacia, expulsando a un número apropiado de personal de la OTAN de su país, anunció un congelamiento completo de su misión y suspendió la Misión militar de la OTAN y la Oficina de información de la OTAN en Moscú desde el 18 de octubre.  

Por lo tanto, el contexto en el que los ministros de defensa de la OTAN se reunieron en Bruselas fue bastante claro: la 2a Guerra Fría está en la puerta.  

La transición de la confrontación Rusia-OTAN a la vieja y nueva calidad de la época soviética fue confirmada por las declaraciones del secretario de prensa del presidente de la Federación Rusa, Dmitri Peskov, quien afirmó que “la posición agresiva de la OTAN nunca ha sido un secreto. Este es un bloque que se creó contra nuestro país. Así que ninguna declaración sobre paz, ningún camuflaje para esta orientación agresiva de la OTAN puede ocultar el verdadero propósito de este bloque". 

Bueno, la retórica es completamente "soviética", su justificación y lógica son las mismas. 

Rusia siempre ha retrocedido  

Cabe recordarles aquí, porque unas generaciones ya han crecido fuera de estos conceptos. La Guerra Fría fue el enfrentamiento entre el Occidente democrático y el Oriente comunista en1950-1980. Había un gran número de fuerzas armadas en ambos lados de Europa. Decían que la armada de tanques soviéticos, ubicada en la RDA, la República Democrática Alemana, pudo llegar a París en cuestión de días. Sin embargo, hubo un acuerdo tácito de que Europa ya no podría convertirse en un escenario de guerra, y que los problemas de equilibrio geoestratégico y alivio de tensiones se resolverían más allá de las fronteras de Europa y América del Norte.  

Los conflictos armados y los problemas de fronteras en Europa fueron, de hecho, las líneas rojas que luego se acordó no cruzar. Incluso Stalin no interfirió en el conflicto armado de la posguerra en Grecia entre los comunistas y las autoridades apoyadas por la Fuerza Expedicionaria Británica. Los países occidentales apretaron los dientes, pero no desplegaron sus tropas en Hungría durante la brutal represión del levantamiento anticomunista de octubre y noviembre de 1956.  

La anexión de los territorios de Georgia durante la guerra del 8 de agosto de 2008 y de Ucrania en 2014 planteó un nuevo desafío para la OTAN y toda la comunidad internacional: contener a Rusia, que se considera la sucesora del Imperio Ruso y la Unión Soviética, que reivindica una nueva "unificación" de la Rus. 

El concepto de Guerra Fría y la carrera armamentista fueron una estrategia eficaz para Occidente en su enfrentamiento con Rusia, sin importar cuáles fueran sus banderas. Rusia, debido a su atraso tecnológico y económico, no era entonces ni es ahora capaz de superar a Occidente en términos de desarrollo científico, de tecnología de la información y, en última instancia, en el de armas convencionales y estratégicas, logística y gestión de tropas. Siempre que Rusia se enfrente a la voluntad de hierro de Occidente y sus recursos, deberá retirarse.  

Un juego con final claro 

La 1ª Guerra Fría fue precedida por el llamado "gran juego" del siglo XIX y principios del XX, es decir, el enfrentamiento entre el Imperio Británico y Rusia por la influencia y el acceso a recursos y rutas comerciales en Asia. El colapso del Imperio Ruso puso fin al "gran juego". El medio siglo de la 1ª Guerra Fría también terminó con la victoria del mundo occidental, y la Rusia poscomunista aceptó con gratitud los cuartos de pollo estadounidenses (los famosos "muslos de Bush"), la ropa de segunda mano de Alemania, el aceite y la pasta italianos. No hay duda de las consecuencias de la nueva 2ª Guerra Fría, tan buscada por la Rusia de Putin y finalmente lograda. 

Érase una vez, en 1990, el futuro presidente de Lituania y el entonces líder de la oposición popular, Vytautas Landsbergis, dijo acertadamente, refiriéndose a la URSS, que "una sexta parte del mundo no puede avanzar en una dirección cuando el resto del mundo lo hace en la otra". Desde el colapso de la Unión [Soviética, ed.], Rusia se ha reducido algo de tamaño y ciertamente no podrá hacer rotar la Tierra a su modo y cambiar el rumbo de la civilización.  

Las decisiones estratégicas de la OTAN con su escalpelo de defensa antimisiles e inyecciones de dinero a sus aliados dejarán en claro a Rusia que sus intentos de invadir el mundo entero mediante bacilos del revanchismo son inútiles. 

  

Dmytro Redko, Kyiv 

AV