Borrell: La guerra en Ucrania se ha convertido en un terremoto geopolítico que ha cambiado las relaciones entre la UE y Rusia
La invasión militar rusa de Ucrania en febrero de 2022 fue un terremoto geopolítico con graves consecuencias económicas y sociales para la UE, y un punto de inflexión en las relaciones entre Rusia y la UE que impulsó a los países europeos a deshacerse de su dependencia de la energía rusa.
Así lo escribió el alto representante de la UE, Josep Borrell, en su blog en el sitio web del Servicio Europeo de Acción Exterior, informa Ukrinform.
“Ya ha pasado un año intenso. La invasión rusa de Ucrania ha sido un terremoto geopolítico. Ha causado, en particular, una grave crisis energética en la UE. Sin embargo, a pesar de nuestra dependencia de las importaciones de combustibles fósiles rusos, no cedimos al chantaje de Putin. Logramos llenar el vacío y finalizamos importantes reformas para acelerar nuestra transición energética. Tendrán un efecto geopolítico significativo”, escribe Borrell.
Según él, el año 2022 ha estado dominado por la guerra de agresión de Vladímir Putin contra Ucrania. Esta guerra ya ha causado decenas de miles de muertes en Ucrania y múltiples crímenes de guerra cometidos por las fuerzas rusas. Tras fracasar en su intento de conquistar Ucrania, destruirla y, en particular, su infraestructura energética, para obligar a sus habitantes a vivir en frío y oscuridad este invierno.
“Más allá de Ucrania, esta guerra también ha desencadenado una grave crisis energética en Europa debido a las acciones de Rusia para convertir la energía en armas. Vladímir Putin obviamente pensó que la fuerte dependencia de la UE de las importaciones de energía fósil rusa, y en particular de gas, le permitiría dividir a la UE, impidiéndole apoyar activamente a Ucrania. Esta es la razón por la que, ya en 2021, comenzó a restringir las entregas de gas ruso a la UE a pesar de los contratos a largo plazo existentes entre proveedores rusos y clientes europeos. Luego agravó esta política de chantaje después del 24 de febrero”, dice el alto representante de la UE.
Borrell recuerda que esta política provocó una gran crisis en los mercados europeos de la energía, con precios del gas superiores a 300 EUR/MWh en agosto pasado en el mercado al contado de TTF holandés, en comparación con alrededor de 20 EUR/MWh en 2020. Combinado con las dificultades de las centrales nucleares francesas y a la limitada producción hidroeléctrica relacionada con el cambio climático, tales acciones rusas han provocado serios problemas para las empresas y la esfera social de la UE, poniendo en peligro el suministro de energía este invierno.
A pesar del chantaje energético de Putin, los estados miembros de la UE se han mantenido unidos en su firme apoyo a Ucrania, incluido el suministro de armas. En el frente de la energía, respondieron lanzando el plan RePowerEU, que incluye una serie de medidas inmediatas para reducir las presiones sobre los precios de la energía en los hogares y empresas europeos.
La UE decidió imponer un embargo al carbón ruso desde agosto pasado y al petróleo ruso desde diciembre pasado, acompañado de un tope al precio para las exportaciones rusas de petróleo a otros países, lo que llevó a una disminución significativa de los ingresos de Rusia por las ventas de combustibles fósiles.
La UE logró compensar la falta de gas ruso principalmente con otras fuentes de gas natural licuado. Los países de la UE lograron llenar sus instalaciones de almacenamiento de gas a tiempo para este invierno al reducir significativamente el consumo de gas y electricidad.
“En particular, es interesante señalar la rapidez con que reaccionó Alemania. Las importaciones rusas de gas se han reducido del 55 % del total a principios de 2022 a casi cero y el petróleo del 40 % al cero. Marca un punto de inflexión en las relaciones entre la UE y Rusia, que hasta ahora han estado muy condicionadas por el problema de la energía”, dice el alto representante de la UE.
Como resultado, actualmente el precio del gas en el mercado al contado europeo ha vuelto a su nivel del pasado mes de febrero antes de la invasión de Ucrania y el precio del petróleo ha vuelto a su nivel del pasado mes de enero. Sin embargo, los precios de la energía siguen siendo altos y 2023 promete ser otro año difícil en lo que respecta al suministro de gas. Para resolver este problema, la UE decidió, en particular, conjuntamente hasta el 15 por ciento de las existencias de gas e introdujo un precio máximo para las compras de gas para estabilizar el mercado energético europeo.
Según Borrell, en medio de esta crisis energética, la UE también adoptó varias medidas para luchar contra el cambio climático y acelerar la descarbonización de la economía europea. En particular, se trata de la actualización de la legislación europea y la definición de nuevos objetivos para la reducción de las emisiones nocivas de CO2 para 2030. Las cifras objetivo para tales reducciones de emisiones se elevaron del 43 por ciento anterior al 62 por ciento, en comparación con las cifras de contaminación por efecto invernadero en 2005.
“En 2023, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, las crisis energética y climática y sus consecuencias económicas y sociales seguirán siendo cuestiones clave para la UE y el mundo. La UE seguirá apoyando a Ucrania y resistiéndose a las intenciones rusas de convertir la energía en armas acelerando la descarbonización de su economía. También requerirá trabajar con nuestros socios para estabilizar los mercados mundiales de energía y ayudar a los países más vulnerables a enfrentar las consecuencias de este nuevo entorno geopolítico”, agregó Borrell.
Como se informó anteriormente, desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, la UE ha mostrado una solidaridad efectiva con la lucha del pueblo ucraniano contra los invasores rusos, proporcionando una importante ayuda política, económica, financiera, humanitaria y militar. Para frustrar dicha asistencia, Rusia comenzó a reducir deliberadamente el suministro de recursos energéticos al mercado de la UE y provocó crisis energética y alimentaria mundial. La UE respondió diversificando las formas de suministro de energía, especialmente gas, con medidas para ahorrar energía y aumentar la eficiencia energética de la economía, así como acelerando el desarrollo de fuentes de energía renovable.
SM