"No queremos ir a La Haya, pero queremos expulsar a 15 millones de ucranianos de sus casas": Cómo se explica el terror energético en Rusia

En cambio, la lucha contra la oscuridad, que para los ucranianos ya está relacionada con Rusia, también será parte de la epopeya nacional sobre la lucha por la libertad de Ucrania. Ya podemos hablar de ello, aunque ni la guerra ni el invierno y la destrucción de la infraestructura han terminado todavía.  

El régimen de Putin viola las leyes y costumbres de la guerra ante los ojos del mundo entero. El 24 de noviembre, la subsecretaria general de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, declaró en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada a solicitud de Ucrania: "Destaco: los ataques contra la población civil y la infraestructura civil están prohibidos por el derecho internacional humanitario, al igual que los ataques a instalaciones militares, tras los cuales se puede esperar daño a la población civil... La ONU condena enérgicamente estos ataques y exige que la Federación Rusa detenga inmediatamente estas acciones. Debería haber responsabilidad por cualquier violación de las leyes". 

El Centro de Comunicaciones Estratégicas reunió las declaraciones de políticos y propagandistas que "explican" estos ataques rusos. Entre los objetivos anunciados está la expulsión de entre 10 y 15 millones de ucranianos a Europa, entre los motivos hay el que solo la victoria salvará a Rusia del Tribunal de La Haya. Algunos incluso esperan que la oscuridad impida que los "j*jols" [nombre ofensivo de los ucranianos, ed.] que han aprendido inglés trabajen de forma remota para empresas occidentales y hagan donaciones al ejército.  

Ya un mes después del inicio de la guerra, el 22 de marzo, uno de los propagandistas disfrazado de escritor, Zajar Prilepin, volvió a publicar un mensaje del grupo en las redes sociales "Por la Unión de Rusia, Belarús y Novorossiya" en su cuenta de Telegram. La publicación se llamaba "El colapso del sistema energético ucraniano". En particular, declaró: "Sin electricidad, no hay civilización moderna, lo que significa que la caída de Ucrania en la oscuridad es voluntad del comando aliado de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y las Fuerzas Armadas de Novorossiya". Como vemos, la idea de un apagón apareció ya en los primeros meses, apenas se hizo evidente el fracaso de la guerra relámpago.  

Sin embargo, Putin presentó públicamente las nuevas tácticas de Rusia solo en septiembre, tras el fracaso de sus tropas en la región de Járkiv. La propaganda rusa en la televisión comenzó a contar con alegría obscena sobre ataques a la infraestructura y los apagones. Les dio a los rusos un dulce sentimiento de venganza y satisfacción por las derrotas en el frente.  

El 16 de septiembre, Putin pronunció unas palabras de las que podemos concluir que esta es una nueva estrategia de Rusia, y el terrorismo continuará: “Más recientemente, las Fuerzas Armadas rusas han llevado a cabo un par de ataques significativos allí. Bueno, supongamos que estos son disparos de advertencia. Si la situación sigue así, la respuesta será más grave".  

El 19 de octubre, el diputado de la Duma Estatal, Andréi Lugovói, quien, según la sentencia del TEDH, fue establecido como uno de los asesinos y ejecutor directo del envenenamiento de Aleksandr Litvinenko, escribió en su cuenta de Telegram que chantajearán a los ucranianos en el invierno para forzarles para que se sometan al régimen del Kremlin. "Demostramos que acabaremos con la estructura energética para que nadie tenga la oportunidad de pensar que será cómodo en el período invernal. Tienen que decidir con quién están".  

Andréi Lugovói  

El 10 de noviembre, dijo que los ataques tenían como objetivo sembrar "caos y pánico". “Como dije antes, es necesario continuar los ataques a la infraestructura energética de Ucrania y Kyiv, inspirando caos y pánico en la retaguardia del enemigo. Y, de esta manera, en el período invernal, haremos que se agoten el régimen criminal de Zelensky y las tropas que abandonó en las orillas del Dniéper".  

El 12 de noviembre, el ex presidente "enrocado" de Rusia, Dmitri Medvedev, se unió a la intimidación de Ucrania, previendo nuevos castigos: "... Rusia, por razones obvias para toda persona razonable, aún no ha usado todo su arsenal de posibles medios de vencer. No atacó a todos los posibles objetivos enemigos ubicados en áreas pobladas. Y no solo por nuestra inherente bondad humana. Todo será a su tiempo".  

El 16 de noviembre, el ya mencionado Zajar Prilepin, como un antihéroe terrorista de alguna película de Hollywood, comenzó a disculparse y explicar la lógica pervertida de Rusia: no nos detendremos y avanzaremos hacia Kyiv y crearemos "oscuridad, pánico y dolor" porque vosotros no os dais por vencido.  

"Estos bombardeos que se están produciendo ahora son un intento de, al menos de alguna manera, convencer a las autoridades de Kyiv a mantener las negociaciones. Rusia, como si se disculpase, avergonzada de sí misma, dice: bueno, por favor, sentaos con nosotros en la mesa de negociaciones, mañana arreglaréis todo de todos modos, pero ahora veis que podemos romper todo vuestro. Estimados ciudadanos de Ucrania, como si dijera el Kremlin, díganle a su Führer que vaya a las negociaciones. ...Él no irá, por supuesto. Vuestros jefes aún os llevarán a la próxima etapa inevitable. Un ataque al sistema de energía, más la contraofensiva más poderosa con la consiguiente liberación de una ciudad en el camino a Kyiv, mientras hay oscuridad, pánico y dolor en Kyiv".  

Captura de pantalla del vídeo donde Zajar Prilepin, como terrorista y "combatiente adjunto de la DNR", en 2017 arruga de manera demostrativa el signo de la paz y ordena abrir fuego con un arma antiaérea 

En una publicación fechada el 24 de noviembre, Prilepin trató de inventar una nueva excusa para el terror contra los ucranianos ya al estilo de un chamán de alguna tribu malvada que no soporta que alguien se comporte diferente a lo que él, el chamán, imaginaba: "...Y este es el que será impactado, porque esta es la ley del universo. Si haces las muecas durante mucho tiempo cerca de una tormenta eléctrica, cerca de un volcán, en general cerca del cielo, un día se abrirá y golpeará tu frente con un dedo inexorable".  

El 17 de noviembre, el secretario de prensa de Putin, Peskov, intentó envolver el terrorismo en un sobre verbal. Dijo que la falta de luz y calor en muchas áreas de Ucrania es el resultado de las acciones de las autoridades de Kyiv, que se niegan a capitular.  

El 24 de noviembre, Peskov reiteró que los ucranianos se ven obligados a sufrir hasta que las autoridades ucranianas cumplan con las demandas del régimen del Kremlin, porque las autoridades ucranianas "tienen todas las oportunidades para resolver la situación de tal manera que cumplan con las demandas de la parte rusa y, en consecuencia, detengan todo posible sufrimiento de la población local".  

El 22 de noviembre, Soloviev compartió un mensaje de ZERGULIO en su canal de Telegram pidiendo la continuación de ataques. "Bueno, por el contrario, espero que Rusia continúe golpeando las instalaciones de la infraestructura energética de Ucrania. Más, y sin el pan. Buenos días".  

El 25 de noviembre, en una entrevista con la BBC, el embajador ruso en Reino Unido, Andréi Kelin, respondió a la pregunta del presentador: "Cuanto más se destruye la infraestructura, más frío tiene la gente, más decidida se vuelve en Ucrania, ¿entienden eso?", respondió: "Pueden parar todo esto mañana si quieren". Y esto una vez más confirmó el motivo terrorista del régimen de Putin.  

El propagandista, Tigran Keosaian, esposo de Margarita Simonian, explicó los ataques en un programa de NTV a finales de noviembre por el hecho de que los ucranianos ya habían tenido tiempo de salir de Ucrania. También pidió actos de terror contra ucranianos individuales, mencionando al asesino de los tiempos de Stalin, Sudoplatov. 

Tigran Keosaian pide la continuación del terror contra los ucranianos en el canal NTV  

"Desafortunadamente, la población civil siempre sufre en la guerra, esto no se puede evadir. La pregunta es qué traen estas personas civiles: ¿qué opinión, qué mensaje? Me parece que las personas civiles tuvieron mucho tiempo para decidir y mudarse al extranjero o a Rusia. Cuando hablan de guerra, dicta un método claro. Durante exactamente 7 meses, vivimos en una mentira que somos hermanos, somos cercanos, no queremos sacrificios innecesarios. Quiero recordar las palabras de Putin del día 24, se dijo con franqueza: seáis batallones nazis o no seáis batallones nazis, vosotros, mis queridos hermanos militares ucranianos, clavad bayonetas... (en el suelo, ed.), no necesitan morir, ¡idos! Esta confianza se disipó como una niebla. Y surgió la conveniencia militar. Esto es genial. Creo que es hora de renovar las gloriosas tradiciones de Sudoplatov, toda esa gente maravillosa que no dio paso a los nazis, la gente de Bandera. Y eso está muy bien... Es terrible desde el punto de vista del hecho, pero desde el punto de vista del espíritu, ningún cabrón con las manos manchadas de sangre podrá sobrevivir, tal vez, hasta el tribunal... Porque hay otras leyes y normas en primera línea del frente".  

Por otra parte, es necesario prestar atención al hecho de que, junto con los ataques, los rusos también lanzaron una operación psicológica y de información masiva para cambiar el énfasis en la percepción de los ataques por parte de la gente. La idea era trasladar la culpa y la irritación por la falta de luz de los rusos a las autoridades ucranianas o a los trabajadores de la energía, quienes, como ellos dicen, están haciendo algo mal y en el momento equivocado. Por ejemplo, en Odesa, se difundió ampliamente una falsificación sobre la venta de electricidad al extranjero, de la que alguien se está beneficiando.  

Puntos de propaganda rusa, que han propuesto distribuir en comentarios en los grupos de las redes sociales de Odesa para desacreditar a las autoridades

Sin embargo, el 29 de noviembre, la propia jefa de RT Simonian explicó por qué es necesario seguir bombardeando la infraestructura civil. Es simple: para que los putinistas no acaben en La Haya. Dijo que, aunque algunos miembros de la élite tienen miedo de violar el derecho internacional humanitario, deben hacerlo, porque de lo contrario "todos se convertirán en presos": 

"Se están preparando para tomar nuestra Crimea. Bueno, hacemos lo único que podemos hacer en esta situación. Bombardeamos, bombardeamos todos los días. Bombardeamos la infraestructura. Dios sabe, no queríamos eso. Vosotros y yo no queríamos eso. Sé muy bien que las autoridades no querían eso. Somos amables, educados e incluso gentiles en algunos aspectos, somos suaves, amables, ingenuos, gentiles... ¿Es esto necesario? Ahora, cuando vemos cómo todos los días en Ucrania se destruye la infraestructura que ayuda a luchar, a matar a nuestra gente, en nuestros propios territorios, me sorprende nuestra gente, a la que conozco lo suficiente, lamentablemente, en particular, en círculos importantes, que tienen miedo de esto y tienen miedo de llamar a las cosas por su nombre. ¿Qué pensarán "allí"? Entonces, digo para ellos: no os preocupáis qué "allí" pensarán. Las personas que tienen miedo de algún tipo de La Haya: escuchad, tenéis que tener miedo de perder, tenéis que tener miedo de avergonzaros, tenéis que tener miedo de traicionar a su gente. Quiero decir que, si nos sale perder, La Haya, condicional o concreta, está esperando incluso al conserje barriendo adoquines cerca del muro del Kremlin. Del hecho de que un distrito más de Kyiv se quede sin electricidad o no: la magnitud del desastre en el que se convertirá nuestro país, si nos sale hacerlo (perder, ed.), ni siquiera se puede imaginar. Por lo tanto, tener miedo de La Haya es no ir al bosque".  

“Simplemente no habrá La Haya si eso sucede. El mundo entero en ruinas”, concluyó tras las palabras de Simonian otro criminal de la información que tampoco quiere ir a La Haya: Vladímir Soloviev.  

El 30 de noviembre, otra propagandista, Skabeeva, repitió la misma opinión sobre La Haya y todos los rusos, que ahora deben responder, en la televisión. "Dios no lo quiera. No lo permitimos, ni siquiera lo decimos en voz alta. Pero de repente, supongamos que sucede algo, y nuestro país no podrá ganar. ¡Entonces se debe suponer que los cargos se presentarán contra todos sin excepción! No importa si se encuentre en el territorio de la Federación Rusa o fuera. ... Solo que los que están fuera probablemente serán arrestados de inmediato. ¡No importa si es cómplice del régimen de Putin o simplemente está de paso! ¡Todos seremos culpables! Lo que está en juego, en el sentido literal de la palabra, es la existencia del país, y la existencia de cada ciudadano de la Federación Rusa, y nuestra vida futura, en la medida de lo posible, sin problemas... Para que no haya tribunales de La Haya, causas penales, indemnizaciones, reparaciones, para que nada de esto suceda, necesitamos ese recrudecimiento de las hostilidades, hay que presionarlos más para que recurran a nosotros pidiendo una tregua o el establecimiento de la paz”. 

Parece que, a través de estos llamados de propagandistas, el régimen está tratando de intimidar a sus súbditos con responsabilidad colectiva, y, por lo tanto, convertirlos en cómplices, alentando a los militares a continuar la aventura sin salida en la que son implicados, para manchar aún más a las masas de rusos "parcialmente movilizados" con sangre.  

Esta no es la primera vez que el Kremlin recurre a la destrucción de los medios de subsistencia como método de castigo o influencia sobre su enemigo, tanto externo como interno. Por ejemplo, la incautación total de los suministros de alimentos de los campesinos ucranianos, acusados de sabotear las cosechas de cereales y el nacionalismo burgués, condujo al Holodomor de 1932-1933.  

Hay ejemplos anteriores de la historia rusa que se reflejaron en la ficción. León Tolstói en la historia Hadji-Murat describió la estrategia de conquistar a los chechenos a mediados del siglo XIX, que consistía en privar a los habitantes de las tierras altas de los recursos: exterminar los bosques y destruir los alimentos.  

Estos métodos no son solo terroristas, sino que se pueden calificarse de genocidio. De hecho, la retórica genocida de la propaganda rusa revela todos los verdaderos objetivos y la esencia de la guerra desatada por Putin.  

En uno de los programas de la televisión rusa, el propagandista, Serguéi Mardan (Serguéi Leleka), afirmó que Ucrania no debería existir, y que Rusia, como imperio, nació para la guerra, siempre ha combatido y combatirá, en particular, "los bárbaros, como ahora". Y es por eso que los rusos necesitan reconfigurar sus propios cerebros para mantener la guerra.  

"No ocultaré qué considero razonable, correcto y, lo más importante, racional; enfatizo que soy una persona racional, para todos, para nosotros, para los ciudadanos de la antigua RSS de Ucrania y para los europeos, les diré más, incluso los polacos, sería mejor que no haya Ucrania.  

...Es el tiempo en el que tú y yo nos encontramos. Parece que, por un lado, es imposible regocijarse en la guerra con locura y de manera salvaje. Pero, por otro lado, no deja una sensación extraña que Rusia, que tuvo 30 años de paz, fuera algo muy extraño, muy imposible. En lo que estamos ahora es en el estado habitual. Surgen muchas analogías históricas y ejemplos. Cuántas personas en la historia rusa usaron uniformes militares, estuvieron en el ejército, lucharon, y entiendes que... probablemente alguien dirá que esta maldición es rusa y alguien dirá que no lo es. Aparentemente, un imperio de este tamaño, y Rusia por su naturaleza, según su estructura, ha sido y sigue siendo imperio, y solo así puede ser, un imperio y siempre un estado militar. Si es un estado militar, tiene que luchar de vez en cuando. Someter o apaciguar a los bárbaros vecinos. Pero ahora los bárbaros se encontraron en las fronteras occidentales. Se está llevando a cabo una campaña complicada, difícil contra los bárbaros. Los que estudiaron historia antigua saben que la gran Roma tuvo campañas duras, difíciles contra los bárbaros. Muchos tienen expectativas: "Ojalá todo termine antes, la guerra es sangre, destrucción, y la humanidad ha recorrido un largo camino, una evolución sin fin, para vivir en un estado de paz eterna". ¿En qué momento creímos en esta quimera? Para ser honesto, no puedo entender. ... Sería mejor reajustar, reconfigurar nuestros propios cerebros para seguir a un ritmo histórico diferente, en el que hemos estado durante 1.200 años, estamos y, muy probablemente, estaremos".  

A veces, los propagandistas rusos anuncian, al parecer, objetivos locos para sus bombardeos. Por ejemplo, obligar a otros 10 o 15 millones de ucranianos a irse a Europa. El propagandista, Serguéi Mijeev, dijo lo siguiente. "Concluyamos un acuerdo humanitario con los estadounidenses. Qué envíen cien barcos de vapor aquí y los llevaremos (a ucranianos, ed.) allí desde Odesa. A América, y les decimos adiós. Hubo barcos de vapor filosóficos, también habrá humanitarios. Señores ucranianos, piénsenlo. ... Y ahora pasamos a una nota más seria. De hecho, debemos asegurarnos de que Ucrania se vea obligada a enviar entre 10 y 15 millones de refugiados a Europa. Y que Europa resuelva estos problemas, es rica, y los resolverá. Esto es absolutamente correcto. Los ataques a la infraestructura, que se supone que van a desorganizar la vida de todo el Estado ucraniano, también son un formato para llevar a cabo una operación militar especial, una guerra. Esto salvará vidas de civiles y militares". 

Serguéi Mijeev pide la expulsión de 10 o 15 millones de ucranianos de Ucrania en el canal de televisión estatal Rossiya 1 

Puntos de propaganda rusa, que se propusieron distribuir en comentarios en los grupos de las redes sociales de Odesa para desacreditar a las autoridades 

Mijeev y otros como él proponen resolver la "cuestión ucraniana" de la misma manera que el Imperio Ruso resolvió la "cuestión circasiana" en la segunda mitad del siglo XIX.: mediante la expulsión masiva de la Patria.  

Se trata de declarar a los ucranianos una especie de tribu salvaje que accidentalmente se apoderó y usó ilegalmente los frutos de la civilización soviética. Así, el propagandista, Anatoli Kuzichev, declaró en Pervii Kanal que los ucranianos no trabajaban en la URSS. "¿Y qué es esto, si no es un legado soviético, todo este sistema energético es ucraniano? ¿Fueron los ucranianos que lo construyeron? No. Esto es descomunización".  

Uno de los grupos propagandistas ofreció la misma justificación racista del terror con misiles: "Los ataques masivos con misiles son necesarios para la completa degradación de la sociedad ucraniana, que todavía tiene suficiente fuerza interna y medios para derrotar al ejército. No habrá electricidad, no habrá oportunidad de subcontrato en los centros de llamadas occidentales. Cortarles a los j*jols, que han aprendido inglés, la oportunidad de trabajar subcontratados es uno de los objetivos de Operación Especial Militar". 

El propagandista, Serguéi Markov, anunció el bombardeo a la infraestructura ucraniana el 5 de diciembre como un "ataque humanitario con misiles del bien" (aunque las frases oficiales que suenan no son menos cínicas: "ataques de represalia"). Markov espera un resultado muy concreto de la "misión humanitaria de misiles":  

"Ha comenzado un ataque con misiles humanitarios a gran escala en Ucrania. Probablemente al sistema de energía. Este ataque tiene como objetivo poner fin a los ataques de las Fuerzas Armadas de Ucrania al sistema energético y la infraestructura de Donbás y detener los ataques terroristas llevados a cabo por el régimen de Kyiv sobre el territorio de Rusia. Podemos decir que ahora 100 misiles rusos están en el cielo con fines casi humanitarios. Así debería llamarse. Ataque humanitario. Misiles del bien. ... Un golpe a Kyiv, mientras tienen -8 °C, hoy puede tener grandes consecuencias. Esta noche y mañana hará frío en Kyiv, la temperatura será de hasta -8 °C. Si el suministro de agua se detiene, este puede congelarse y las tuberías y varios acoplamientos comenzarán a romperse. Esto puede deshabilitar el suministro de agua durante todo el invierno. Después de eso, el sistema de alcantarillado comenzará a romperse. Esto hará que Kyiv no sea capaz para sobrevivir el invierno y primavera". 

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Así, el terror contra los civiles, inherente del militarismo ruso, se manifestó también en esta guerra. Cada vez es más evidente para el mundo.  

El 23 de noviembre, el Parlamento Europeo adoptó una resolución histórica que reconoce a Rusia como Estado patrocinador del terrorismo.  

En la cumbre de la OTAN del 29 de noviembre, se dijo que Putin está tratando de convertir el invierno en un arma, "obligando a los ucranianos a congelarse o huir del país... y dividir a todos los que los apoyan", dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.. Agregó que la Alianza seguiría apoyando a Ucrania "mientras sea necesario" y enfatizó: "No daremos marcha atrás".  

El 30 de noviembre, en la Conferencia de Seguridad de Berlín, el canciller alemán, Olaf Scholz, dijo: "Seguiremos apoyando a Ucrania mientras sea necesario: económica, financiera, humanitariamente, a través de la reconstrucción de la infraestructura energética destruida, así como con armas".  

La "salida del armario" del terrorismo del Kremlin en 2022 condujo a cambios drásticos. La destrucción abierta de la infraestructura civil solo une a los ucranianos y aumenta la ayuda internacional a nuestro país.  

Después de todo, nadie en el mundo quiere ser la próxima víctima de la agresión rusa.  

Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de Información

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