Los cristianos de rito oriental celebran el Domingo de Ramos
Esta fiesta es una de las 12 más importantes del calendario eclesiástico y siempre se celebra el sexto domingo de la Gran Cuaresma, exactamente una semana antes de Pascua.
La historia de su celebración en la tradición cristiana comenzó aproximadamente en el siglo IV, y en nuestro territorio, desde el XI.
Según la tradición, ese día Jesús entró en Jerusalén montado en un burro. Se acercaba la fiesta judía de Pesaj y mucha gente llegaba a la ciudad. Judea era entonces una de las provincias del Imperio Romano, y sus habitantes creían que debía aparecer Aquel que los libraría del dominio de los romanos. Toda la gente recibió alegremente a Jesús y colocaron ramas de palma en su camino. Sabían que el día anterior había resucitado al muerto Lázaro, que yacía en la cueva durante tres días; nadie había realizado nunca tal milagro, por lo que los judíos recibieron a Jesús como su Rey.
Así, la fiesta simboliza, por un lado, el reconocimiento de Jesús como el Mesías (Cristo), y, por otro lado, simboliza la entrada del Hijo del Hombre al Paraíso.
El Domingo de Ramos se celebra con la bendición y distribución de ramas de palma. Sin embargo, las palmas no crecen en tierras eslavas, por lo que la gente las reemplazó con ramitas de sauce, que justo en esta época comienzan a ponerse verdes y a florecer.
Como señala la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, esta fiesta pone fin al ayuno de la Santa Cuaresma y al mismo tiempo da comienzo al severo ayuno de Semana Santa. La Entrada del Señor en Jerusalén es una fiesta de alegría, pero también da comienzo la Semana Santa, un periodo especial que recuerda los acontecimientos más importantes de la obra de nuestra salvación.